Cruz Sánchez, la experta de la FUNDACIÓN ÁNGELA NAVARRO que impartió el Taller de Maquillaje, nos dio una lección básica de lo que debe ser un maquillaje correcto. Ya sea para acudir al trabajo o alguna cita informal durante el día (lo que se llama un “maquillaje de valoración”) o para asistir a un evento de gala o fiesta nocturna, lo que determina un buen maquillaje es que se adecúe al objetivo. Y por supuesto, al estilo de la persona: natural, sofistica, serio, atrevido, desenfadado, trendy…
Definir la forma del óvalo facial, así como determinar sus proporciones (que nos dirán cuál es la parte dominante del rostro) son puntos de partida básicos a la hora de saber lo que hay que resaltar o disimular. En todos los casos, las cejas son muy importantes, hasta tal punto que hoy por hoy tenemos estilistas que se dedican únicamente a su diseño y cuidado.
Se habla mucho del “lado bueno”, y éste es el lado del rostro en el que las líneas del ojo y del labio están ligeramente más elevadas; esa sería la parte más fotogénica.
Nunca se insistirá lo bastante en lo muy importante que es el cuidado de la piel, que es el lienzo sobre el que aplicamos el maquillaje. Si tenemos sequedad, escamas, puntos negros… el maquillaje los resalta, nunca los disimula.
Por lo tanto, puntos importantes son:
Conocer la propia piel
Cuidarla y limpiarla
Utilizar buenos pinceles (que duran toda la vida)
Contar con buenos cosméticos básicos
Tanto en la cosmética de color como en la de cuidado, no es necesario irse a marcas caras. Hay muchas de gama media que son de excelente calidad.
Para elegir el tono de maquillaje adecuado, tenemos que saber si nuestra piel tiende a cálida o a fría. Esto lo hacemos mirando las venas que hay en la parte posterior de la muñeca: si tienden a azules, nuestro tono es más frío, y si tienden a verdes, tenemos un color más cálido.
Una vez elegido el color de maquillaje adecuado a nuestra piel, se puede usar en fluido o en formatos más compactos para la noche. En cualquier caso, hay que aplicarlo también sobre los párpado y los labios, y tener cuidado de que no se acumule en el nacimiento del pelo, las cejas o las aletas de la nariz.
En cuanto a la sombra, los colores fríos (azules, violetas, fucsias) son más apropiados para la noche, mientras que los cálidos y tierras son mejores para el día, porque son más naturales. Los tonos claros deben aplicarse en torno a los lacrimales y el arco ciliar, para abrir y despejar el ojo. En cuanto al eye liner, cuanto más negro más agresivo y más envejece. Lo mejor es difuminarlo para crear un efecto humo. La boca es el eje sensual del rostro. La barra de labios siempre debe ser muy hidratante, porque la mucosa bucal es muy delicada y hay que cuidarla. Si queremos crear un efecto de labio gordito, hay que hacer una línea arqueada sin picos en el contorno superior. El colorete debe ser SIEMPRE SIEMPRE SIEMPRE del mismo tono que el labial.
Después de tantos buenos consejos, se pasó a la parte práctica. En cada una de las mesas las maquilladoras eligieron a dos modelos para realizar un maquillaje de valoración y otro sofisticado.
