Raquel Navarro y María Vélez, de http://www.catadeperfumes.es/, nos ofrecieron este exclusivo taller de cata de perfumes en el que aprendimos cosas sorprendentes y muy útiles sobre el universo de los aromas y las esencias. Organizado por AMMDE y FUNDACIÓN TEJERINA, el taller se celebró ayer 17 de diciembre en la formidable sede de la Fundación.
El perfume tiene una gran influencia sobre las emociones y es capaz de despertar con fuerte intensidad los recuerdos. En momentos importantes de nuestra vida, los aromas se convierten en protagonistas de excepción.
La creación de un perfume une naturaleza (esencias vegetales y/o animales), ciencia (tecnología) y arte (creatividad).
HISTORIA
La palabra “perfume” viene de una voz latina que significa “a través de humo, o por el humo”. En la antigüedad, descubrieron que al quemar maderas o resinas podían aromatizar espacios. Raquel y María encienden un “Papel de Armenia”, que recuerda precisamente el olor de la madera al arder. El perfume es testigo de la historia, y desde siempre se ha usado bien con fines estéticos o medicinales. Es un elemento revelador de cada tiempo.
La cuna del perfume es Oriente, y de ahí pasa a Egipto, donde de relacionó con el encuentro con la muerte, con el más allá y con los dioses, dándole una potente connotación espiritual. En torno a la tumba de Tutankamón de encontraron unas 3.000 esencias, que al destaparlas seguían oliendo. La tradición perfumística pasó a los griegos, y de ahí a los romanos. Popea, la esposa de Nerón, era una gran amante de los aromas, y acostumbraba a bañarse en leche de burra con pétalos de rosa. Posteriormente se creó el “pomander”, que consistía en una joya que se colgaba del cuello y dentro de la cual se introducían maderas o resinas olorosas. Es la primera vez que se usa el aroma para perfumar el propio cuerpo, y no sólo para los espacios.
En la Edad Media se usaban plantas medicinales aromáticas para luchar contra epidemias, infecciones y enfermedades. Pero también había un uso, por parte de la alta sociedad, relacionado con el lujo y la sensualidad (cosa que la Iglesia condenó). La primera agua de colonia que se creó fue “Isabel de Hungría”, que tenía como base una nota pura de cedro.
El Renacimiento es una época maravillosa para el perfume. Son los italianos los que empiezan a aromatizarlo todo: pañuelos, abanicos, guantes (para contrarrestar el fuerte olor de la piel), máscaras, etc. Catalina de Medicis se fue a vivir a Paris y se llevó a su perfumista, Renato, que fundó allí la primera tienda de perfumes.
La legendaria “4711” la creó en 1792 un monje cartujano como un agua milagrosa, por encargo del matrimonio Mülhens. El nombre se debe a que era el número de la casa donde residía este matrimonio.
En el siglo XX no sólo importaba el perfume en sí, sino también su imagen y el recipiente donde se contenía. Coincidió con el nacimiento de las artes decorativas y el diseño gráfico, y por ello artistas como Lalique o Alfons Mucha crearon exclusivos frascos para perfumes. El Nº 5 de Channel fue una revolución y a partir de ahí se relacionó el perfume con la alta costura y también se socializó su uso.
EL OLFATO
El olfato está fuertemente relacionado con las emociones y la memoria. Es muy potente a la hora de evocar recuerdos, sobre todo emocionales. Un perfume es capaz de recrear un paisaje psíquico con la instantaneidad de un relámpago. A la hora de elegir un aroma, es importante identificar qué olor nos hace sentir emocionalmente bien, y conectar ese olor con el mensaje que deseamos transmitir.
El cuerpo humano procesa las partículas odoríferas en el rinencéfalo, que es la parte más primitiva del cerebro. De hecho, el olfato es el primer sentido que se desarrolló, y a ese cerebro primitivo se la llamó rinencefálico.
El procesamiento del olor tiene un resultado radical: o se acepta o se rechaza. También se produce una adaptación olfativa, que es dejar de percibir el olor cuando la exposición a él es muy continuada. Otra de las características de los aromas es que cambian en contacto con cada piel.
CREACIÓN DE UNA FRAGANCIA
Un perfume es como una obra de arte, provoca una reacción emocional. Los perfumes los crean los maestros perfumistas, también llamados “narices” (“nez” en su voz francesa). Son personas dotadas por naturaleza con un sentido del olfato superlativo, pero también lo tienen que entrenar mucho, sobre todo para potenciar la memoria. Distinguen miles de olores y son capaces de combinarlos en su imaginación, llegando al final a una mezcla armónica. Un “nariz” es un compositor de aromas, su arte es equiparable al proceso de la creación musical (de hecho, el mundo de los aromas usa mucha terminología musical: notas, armonías, etc.).
Como ejemplos de grandes “narices” tenemos a Edmond Roudnitska, creador del Diorissimo de Dior, entre otros, o a Mathilde Laurent, responsable del Baiser Volé de Cartier.
Las esencias pueden ser naturales (vegetales o animales) o de síntesis (creadas en laboratorio). En la actualidad hay unos 10.000 compuestos aromáticos identificados, de los cuales sólo 700 son naturales. La calidad de éstos depende del origen y de la pureza. Los aromas probeta son los que reproducen en laboratorio las esencias naturales, lo que se llaman aldehídos. Así el perfume puede llegar a convertirse en algo más abstracto, teniendo la capacidad de reproducir los olores más diversos: un jardín entero, un coche nuevo… Las notas aromáticas del perfume se desprenden desde la piel como una armonía. Las notas que se evaporan en el alcohol son las notas de salida, es la primera impresión del perfume. Luego vienen las notas de corazón, que son el cuerpo o el tema del perfume. Por último, las notas de fondo, que son las que se fijan a nuestra piel y perduran, y que imprimen tenacidad y permanencia al perfume.
Notas de salida: Ligeras, frescas, transparentes, puras.
Notas de corazón: Florales, aterciopeladas, ricas, exquisitas.
Notas de fondo: Voluptuosas, sensuales, secas, poderosas.
La combinación de las notas da como resultado el bouquet del perfume.
Las principales familias de perfumes son:
Hespérides o cítricos: Un buen ejemplo es el Acqua di Gioia de Armani. Indica personalidades discretas, amantes de la naturaleza, sencillas, minimalistas e intimistas.
Florales: Expresan feminidad, romanticismo, ensoñación. Por ejemplo, Baiser Volé, de Cartier, que es puro lirio.
Chyprados: En 1917 François Coty creó la fragancia Chypre, intentando reproducir el olor de la isla de Chipre. Usó por primera vez el musgo de roble, combinado con pachuli y bergamota, entre otras esencias. Fue un aroma tan inusual que dio lugar al nacimiento de una nueva familia de perfumes. Da un golpe seco, elegante, imprime carácter marcando distancias.
Orientales: Son fragancias basadas en maderas y especias. Transmiten intensidad, seducción y carnalidad. Por ejemplo, el Classique de Jean Paul Gaultier.
CONSEJOS PARA COMPRAR UN PERFUME
Ir por la mañana, después de levantarse, y habiendo desayunado algo ligero. Por supuesto, no perfumarse. No probar más de tres en blotter (fragmento de papel secante). De los tres, elegir el que más guste y probarlo en piel. Ir a darse una vuelta de unos 20 minutos, y si al final decidimos que nos gusta, comprar el tamaño pequeño. Echárselo por la noche y dormir con él. Por la mañana descubriremos qué tipo de relación hemos tenido, y si nos convence o no.
A la hora de aplicar el perfume, se aconseja una sola pulverización detrás de las orejas, en las muñecas, en la parte interior de codos y en las corvas. Si nuestra piel no fija mucho el perfume, una buena idea es aplicarse antes un aceite mineral neutro.