Y maravillosas todas las asistentes al almuerzo de AMMDE de hoy en LOFT 39. Nuestra invitada de honor, Alejandra Vallejo-Nágera, nos dirigió unas inspiradoras palabras llenas de sabiduría. Su mensaje estuvo enfocado en ese mal que tanto nos aqueja en la frenética vida moderna: el estrés.
Especialista en el estudio del cerebro humano, Alejandra comenzó su charla aludiendo a la pasmosa plasticidad de este complejo órgano, que hasta los 25 años se desarrolla enormemente. Sin embargo, a partir de esa edad, vivimos de las “rentas”.
El cerebro tiene siete capacidades básicas:
– Memoria
– Lenguaje
– Velocidad de pensamiento
– Capacidad numérica
– Capacidad espacial
– Creatividad
– Inteligencia social / emocional
En sus investigaciones, Alejandra ha descubierto que el cerebro se paraliza por un solo factor (independientemente del Coeficiente Intelectual de la persona): el estrés. Y curiosamente, las personas más dotadas intelectualmente, se estresan más, porque son capaces de abarcar más.
¿Por qué ahora hay más estrés? Porque tenemos el cerebro, casi literalmente, en “carne viva”. Vamos a una velocidad frenética, el cerebro está super excitado, abrumado por estímulos constantes.
Una de las conclusiones es que el estrés es un campo abonado para las enfermedades. Por ejemplo, un factor con profunda incidencia en la mala salud, es la falta del sueño de calidad. El estrés productivo es bueno, ya que nos carga de energía. Pero hay una delgada línea que separa el estrés productivo del estrés tóxico. Cuando el estrés es muy elevado, el cerebro reacciona como si estuviera ante peligro de muerte y genera una sustancia que impide al organismo dormir adecuadamente.
El cerebro necesita descanso, cuando llega la oscuridad genera una sustancia, la dopamina, que propicia el sueño. Y a través del sueño el cerebro se “limpia”. Todo aquello que hemos aprehendido a lo largo del día, se elimina en la fase del sueño, pero si no se duerme bien, el cerebro no se puede “higienizar”.
Uno de los efectos perniciosos de este proceso de estrés y consecuente falta de descanso de calidad, es lo que Alejandra llama el “Monkey Mind” (cerebro o mente de mono). Es lo que nos pasa cuando saltamos de un tema a otro sin concentrarnos realmente en nada. La gente piensa que pierde memoria, pero en realidad se trata de este fenómeno.
El estrés también provoca trastornos digestivos. Comemos para anestesiarnos, no para alimentarnos. Estamos sobrealimentados y comemos mal. Generalmente, en estas situaciones, comemos cosas que “craquean”, en un impulso inconsciente por pulverizar aquello que nos está estresando. O si comemos alimentos blandos (como bollos), en realidad deberíamos preguntarnos qué nos está produciendo tristeza en nuestra vida.
Una de las más avanzadas terapias para aliviar o incluso eliminar el estrés es el mindfulness. Se trata de inducir un sosiego animoso, una concentración serena, similar a cuando un niño aprende una tarea básica.
Para desprogramar el estrés del cerebro hacen falta por lo menos cinco semanas. Las dos primeras es imposible meditar, se trabaja sobre todo en la concentración. Esta técnica se focaliza en las 3 áreas principales que pueden verse sometidas a mayor estrés:
– El ámbito de los afectos, la necesidad de aprobación, compañía y sentirse conectado.
– La seguridad personal.
– La propia valía y la capacidad de desarrollarla, sentir que uno vale para algo.
Después de esta instructiva y esclarecedora charla, y tras una suculenta comida, celebramos el sorteo de un tratamiento antiestrés (la ocasión no podría ser mejor), por gentileza del Centro Clínico Estético de Teresa Nieto. La afortunada ganadora fue Dolores González.