Como siempre, fantástico taller y excelente acogida de esta actividad organizada por Fundación Tejerina y AMMDE. Con Isabel Carbonell, la experta de AVÉNE encargada de impartir la charla, aprendimos muchísimas cosas sobre la piel, el sol y cómo se relacionan. Es el paso previo a saber cómo protegernos para evitar insolaciones, quemaduras, etc.
Hoy en día, gracias a las campañas de sensibilización, todos tenemos más o menos conocimientos de lo que debe ser una correcta exposición a sol, pero no hemos desarrollado los hábitos. Por ejemplo, sabemos que las horas de máxima intensidad solar son de 12:00 a 16:00, sin embargo, siguen siendo las de máxima saturación en las playas.
No todos los efectos de la radiación solar son negativos, por ejemplo, y ahora en primavera lo notamos más, disfrutamos del efecto psicoestimulante de la luz.
Fue Coco Channel la que introdujo el mundo del bronceado; anteriormente, los cánones de belleza estaban muy alejados de eso. Hay factores culturales y de otro tipo que van variando nuestra “cultura del sol”. Ésta ha experimentado grandes cambios entre 1960 y 2000. Y otras circunstancias, como la disminución de la capa de ozono, han hecho que percibamos de manera distinta el concepto de “exposición solar”. Hoy hablamos de “fotoeducación”, que está relacionada con los hábitos de protección y el uso correcto de los fotoprotectores. Es muy importante la protección infantil; en los 18 primeros años recibimos el 80% de la radiación solar que experimentaremos en toda nuestra vida. También hay que tener en cuenta cuál es nuestro umbral de bronceado personal.
El sol emite distintos tipos de radiaciones. Las que inciden directamente sobre nuestra piel son:
- Infrarrojos. Son los que dan la sensación térmica, y que quedan detenidos por la nubes.
- UVA (Ultravioleta A). Son los que se reciben en las cabinas de rayos UVA y nunca son beneficiosos, aunque puntualmente se pueden admitir.
- UVB (Ultravioleta B).
Tanto los A como los B no son detenidos por las nubes, y no dan sensación térmica. Ambos son dañinos para la piel si se abusa de ellos. Los UVA penetran a mucha profundidad en la piel y no tienen efectos inmediatos. Provocan manchas y fotoenvejecimiento. Por eso el protector solar es la mejor crema antienvejecimiento. Los UVB son más energéticos y se quedan a nivel superficial en la piel. Son los responsables de las quemaduras. El bronceado UVA es de efecto inmediato y el de UVB broncea pero de forma más retardada. El abuso de ambos provoca eritemas, léntigos solares, melasmas, fotoenvejecimiento (es mayor en las zonas más expuestas: rostro, escote y manos), melanoma, fotoinmunodepresión (herpes labial). Además de tomar el sol intencionadamete en la playa, también tenemos las condiciones de insolación involuntaria: caminar por la calle, cuidar el jardín, practicar deporte al aire libre… En estas cisrcuntancias no hay que bajar la guardia, porque estamos recibiendo igualmente radiación solar.
HERRAMIENTAS DE PROTECCIÓN
- La primera de todas en no exponerse a una intensa radiación solar. Un truco: la intensidad es menor cuando la sombra de la persona es mayor que su altura.
- Proteccion natural. Por ejemplo, la propia piel se “engrosa” para protegerse del sol (lo que se conoce como “hiperqueratinización”. También son protecciones naturales la transpiración y el cabello. El propio bronceado es un mecanismo de defensa del organismo. El tipo e intensidad de bronceado está genéticamente predeterminado en cada persona por la síntesis de la melanina. Hay hasta 6 fototipos (tonalidades de piel) distintos, desde el 1 (el más blanco) hasta el 6 (negro). El fototipo más habitual en España es el 3.
- Otras protecciones son la capa se ozono, las nubes, las sombras (árboles, sombrillas…), los cristales y parabrisas (detienen los UVB, pero no los UVA y los infrarrojos), los sombreros o la ropa. El mejor tejido para la fotoprotección es el algodón (que nunca se debe humedecer, como hacen algunas personas, porque pierde sus propiedades). Hay incluso algunas prendas deportivas con índice de protección solar. En cuanto a los colores, el claro atrapa menos los infrarrojos, pero para los UVA son más eficaces los oscuros.
CREMAS FOTOPROTECTORAS
- ¿QUÉ? El protector solar perfecto debería cumplir una serie de requisitos. Que sea seguro (que no irrite, que no contamine…). Que tenga una buena cosméticas, es decir, que por su textura, olor y sensación que deja en la piel sea placentero de usar. Que sea fotoestable, en referencia a la durabilidad de los ingredientes que crean la protección solar. Un buen protector de farmacia generalmente garantiza 2 horas de protección; Avéne garantiza 4. Que sea eficaz; el índice de protección solar sólo hace referencia a los UVB. Para que proteja tabién de los UVA, el packaging tiene que llevar el logo homologado “UVA”. Y por último, que sea resistente al agua.
- EL ÍNDICE DE PROTECCIÓN SOLAR. Hay recomendaciones (no normativa) de la Comisión Europea, y la mayoría de los laboratorios las cumplen. El índice de más alta protección es el 50+. A partir de ahí ya no aumenta la eficacia en la protección.
- Protección baja: 6-10
- Proteccion media: 15-20-25
- Protección alta: 30-50
- Protección muy alta: 50+
- ¿CÓMO? Es la receta del producto. Hay grandes diferencias entre las marcas, por los ingredientes, pero lo que todas tienen que llevar es:
- Filtros solares (que pueden ser físicos, químicos o pantalla organo-mineral)
- Antioxidantes
- Excipientas (galénica y seguridad). En un fotoprotector hay que mirar mucho el alcohol (que es muy desecante), las siliconas (que son muy poco ecológicas porque tardan mucho en degradarse) y los parabenos.
- ¿CUÁNTO? Según la Comisisión Europea, lo apropiado es 2 mg. de producto por cm cuadrado de piel. Es decir, no escatimemos.
